MARPHIL TRAVEL | 08 Abril 2021

Montenegro es como una versión en miniatura y más económica de Italia con algunas de las playas más impresionantes de Europa. Su vecino, Croacia, recibe más atención en estos días, pero Montenegro es igual de hermoso, sin las multitudes. Este pequeño país del Adriático se siente enorme, pero al tener el mismo tamaño que, por ejemplo, el principado de Gales, se puede hacer muchísimo en poco tiempo. Las playas de su exuberante costa son algunas de las más bellas y estridentes de Europa, con una escena de fiesta frente al mar que puede ser tan elegante como Ibiza. Salta entre antiguas ciudades venecianas como Budva, Kotor y Perast, con fortificaciones del siglo XV, encantadores techos de tejas rojas y deliciosos restaurantes junto al mar.

Cuando te hayas llenado de sol y arena, dirígete al interior oriental menos transitado del país en busca de cadenas montañosas sublimes, lagos prístinos y bosques salvajes. Puedes navegar en balsa por el icónico cañón del río Tara o caminar por el excepcional Parque Nacional Biogradska Gora, que también alberga algunas de las pistas de esquí más asequibles de Europa durante el invierno. Y todo esto viene con un presupuesto bajo, típico de los Balcanes: una cerveza de barril local costará aproximadamente lo mismo que se paga en México.

Montenegro se encuentra en el límite entre el este y el oeste. Diferentes civilizaciones han chocado, dejando las más bellas huellas entre la cara arrugada y montañosa de este fascinante país. Los mosaicos de suelo romano, los castillos grises ilirios, las paredes de piedra venecianas, los monasterios ortodoxos pintados de forma vibrante, las iglesias católicas ornamentales, los minaretes de mezquitas modestos y minimalistas y los edificios de estilo socialista sencillo te contarán sobre la rica historia cultural de Montenegro. Una miríada de poderes lucharon por estas tierras y es por eso que los lugareños son altos y fuertes, sus ojos son de diferentes tonos de todos los colores y su abrazo de bienvenida es cálido y fraternal. Aquellos que buscan una historia europea multicultural son más que bienvenidos a Montenegro.

La comida en Montenegro es deliciosa con porciones enormes, así que asegúrate de aflojarte el cinturón cuando comes aquí. La comida es fresca, orgánica y sabrosa. La cocina costera está llena de pescado, marisco y aceite de oliva, aromatizada con laurel, perejil, limón y ajo. Una deliciosa sopa de pescado, calamares a la parrilla, pescado y pulpo son una prueba obligada, al igual que el risotto de mariscos y el risotto negro del color de la tinta de calamar.

El sabor del “Viejo Montenegro” habita en la parte central del país, dominada por el sabor del jamón ahumado (Pršut), el queso Njeguški y platos del lago Skadar, como la anguila y la carpa ahumada. Aquí puedes pedir los panqueques del rey Nikola, hechos con harina de maíz, rellenos de nueces y miel local y espolvoreados con salsa hecha con ciruelas secas cocidas en vino. ¡Mmm!

En las montañas, la comida es más pesada y proporciona energía para las frías noches de invierno. La carne y las verduras se asan bajo una tapa metálica cubierta con carbón caliente "ispod sača". El cordero cocinado de esta manera es un manjar imprescindible que combina muy bien con pan crujiente casero. Kačamak es un plato a base de polenta mezclado con papa, queso y kajmak (similar a la crema espesa), y es imprescindible para mantener la energía en alto para las caminatas por la montaña. Inténtalo. Se elabora solo en las montañas de Montenegro y combina bien con leche agria casera.

Existe una larga tradición en la elaboración de vinos excepcionales en Montenegro. Vranac es una uva tinta que produce excelentes vinos con cuerpo. Los vinos blancos de producción local incluyen el Krstač nativo, el Sauvignon Blanc y el Chardonnay. Los anfitriones también te ofrecerán una copa de Rakija, bebida alcohólica tradicional, con un fuerte sabor a quemado. Es un buen aperitivo aunque muy embriagador, así que, ¡cuidado!

Encantados con la singularidad de la diversidad y la belleza, muchos siguen regresando a Montenegro y cada vez descubren otra perla en el cofre del tesoro único en el mar Adriático. ¡Ahora es tu turno!

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